El trabajo flexible es una de las principales tendencias emergentes en la gestión de operaciones. Tan solo en los últimos cinco años, se ha convertido en un factor tan clave del paisaje empresarial que países que van desde el Reino Unido hasta Australia han solicitado que los acuerdos flexibles sean un derecho legal, mientras que el Gobierno de Singapur ofrece subsidios importantes para fomentar su implementación.
Pero, más allá de los titulares, ¿qué es en realidad el trabajo flexible y por qué es tan ventajoso?
Ayudar a tus empleados a rendir al máximo
En esencia, el término “trabajo flexible” abarca una variedad de modelos que permiten a los empleados trabajar fuera de la oficina principal o del horario laboral tradicional. En las empresas grandes, esto puede significar ir a la sede corporativa dos veces por semana y usar un espacio de coworking que implique un tiempo de traslado menor, o cambiar por espacios de oficina flexibles para estar más cerca de distintos clientes.
Más allá de cómo se manifieste, se basa principalmente en cuatro beneficios clave: mayor motivación, productividad, ahorro y ganancias. Echémosles un vistazo con más detenimiento.
Todos ganan: ventajas para empleadores y empleados
- Mayor motivación: el 63 % de los trabajadores de todo el mundo se sienten más motivados gracias al trabajo flexible, según indica una investigación de Regus. Este resultado se confirma en particular en las economías de rápido crecimiento de los países BRIC, ya que así lo afirman cuatro de cada cinco trabajadores chinos y brasileños. No resulta extraño si consideramos que al implementar el trabajo flexible se permite que los empleados se apropien de su empleo; y en las empresas grandes, según muestran las investigaciones, el empoderamiento es uno de los mayores motores para que los trabajadores se entreguen a su empleo. De hecho, esto surge naturalmente con el trabajo flexible, ya que el cambio de un modelo tradicional con el horario de oficina en la sede central a uno personalizado implica medir el progreso del empleado a través de los resultados y no de las horas marcadas. Esto significa que el personal no solo obtiene un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal mediante, por ejemplo, la reducción del tiempo de traslado, sino que además puede observar y controlar directamente su contribución a la empresa.
- Mayor productividad: no hay duda de que la motivación adicional trae sus beneficios; según estudios de Regus, 72 % de los trabajadores cree que los modelos flexibles los hacen más productivos. Por ejemplo, en las compañías grandes, en las que los equipos internos, como Tecnología, tienen menos contacto con los externos, pero tampoco es necesario que estén en la oficina a tiempo completo, el entorno colaborativo de un espacio de coworking puede disparar ideas nuevas y promover el intercambio de conocimientos. Alrededor del 75 % de los sudafricanos piensa que los espacios de coworking aumentan la creatividad, mientras que más del 70 % de los trabajadores japoneses opina que les ayuda a aprender y a desarrollar sus aptitudes.
- Mayor ahorro: más del 60 % de las empresas cree que el trabajo flexible es más rentable que los modelos convencionales. El motivo es claro: ahorra en espacios de trabajo. En una oficina promedio, alrededor del 55 % de los escritorios, en un momento dado, no se utiliza, lo que equivale a pagar por un espacio desaprovechado. En una compañía grande, esto puede representar una cantidad importante de metraje cuadrado desperdiciado. Los lugares de coworking permiten que los empleados usen escritorios y salas de reuniones solo cuando realmente los necesitan, lo que significa que únicamente se gasta en espacio cuando suma valor al equipo.
- Mayores ganancias: más del 80 % de las firmas chinas y mexicanas señalan que el trabajo flexible les permite generar más ganancias, según indican estadísticas de Regus. En el caso de las empresas grandes, el presentismo excesivo puede ser una barrera para obtener lo mejor de algunos trabajadores. Cambiarse a un modelo en el que estos empleados trabajan parcialmente, mayormente o por completo en espacios flexibles o compartidos es una manera sencilla de combatir este problema. Como se mencionó anteriormente, es un catalizador esencial para el desarrollo de una cultura orientada a los resultados, en la que se evalúa a los empleados (o se evalúan ellos mismos) no en función de las horas trabajadas, sino en función del trabajo realizado.